Jefazos

Tienen la necesidad de que la gente les quiera. Son amables, comprensivos, atentos a causa de una clara inseguridad en su capacidad de crear empatía y recibir estima. Después se revela el sentimiento del premio merecido. Cuando empezaron a trabajar tuvieron (seguro) jefes déspotas, y por fin pueden hacer realidad eso de cuando yo sea jefe también haré lo que me dé la gana.
Más tarde despierta el dormido recuerdo de las pelis de detectives de veían de pequeños, y empiezan a intentar espiar mis movimientos, lo que hago y lo que dejo de hacer.
Cuando se dan cuenta que no son capaces de descubrir nada por sí mismos, usan el poder de control: enséñame las listas de no-se-qué, quiero ver cómo llevas el tema de no-se-cuántos
En estos momentos hay el peligro, depende de cómo contestes, de que se sientan amenazados y levanten la voz para recordar algo muy evidente: quien es el jefe.
Y al cabo de un rato, descubren que tengo una cintura estupenda y mientras me hablan su boca dice una cosa y sus ojos otra.
Pobrecillos, se deben gastar su sueldo entero (por cierto, 7 veces mayor que el mío) en terapias.
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Colibri Lillith -