La gallina que se enconde detrás de este blog se llama Maria, y es una gallina en muchos sentidos: todavía tiene miedo a la ciudad, a sus padres, a las multitudes desconocidas, tiene miedo de no gustar, de pasarse y de quedarse corta, de decepcionarse. Y, sobre todo, tiene miedo de ella misma.
Acerca de una gallina quiere volar
¡Bienvenidos al corral! (perdón por tenerlo como una cuadra)